Este pasado martes 25 de abril volvimos a compartir escenario con los Barcelona Gospel Messengers por su 10º aniversario, bajo el título «10 anys descalços». Después de casi 10 años son pocos los que han seguido desde el principio ya que la plantilla de cantantes se ha ido renovando, pero no lo dudé ni un momento en participar en este evento ya que cantar con estos grandes profesionales es un lujo. No recordaba casi lo que era pasarlo tan bien en un coro y sentir toda la pasión de las voces cantando al unisono. Para mi, uno de los mejores coros de Cataluña, si no el mejor, ya que cada una de sus voces por separado son excepcionales.
En los ensayos me tuve que poner mucho las pilas para aprenderme lo más rápidamente los 4 temas en los que teníamos que colaborar los ex-miembros y sobretodo…¡¡las coreografías!! pero al final y gracias a la inestimable ayuda de los actuales miembros (y unos cuantos bailoteos en pijama por casa de buena mañana) todo salió genial.
Agradecer desde aquí el buen rollo de la gente que actualmente forman Barcelona Gospel Messengers y sobretodo a su director Ramon Escalé por ayudarnos en todo lo necesario y hacernos sentir como uno más. Con el tiempo te das cuenta que en un coro, a parte de buenas voces, dinámicas, ritmo…ha de haber buen entendimiento y eliminar cualquier fisura o divismo que pueda traer problemas. Los integrantes se han de ayudar entre ellos, no competir, saber estar en su sitio en cada momento, cosa que a veces no pasa en el mundo de la música y más concretamente en el de los cantantes. Pero este es un tema que trataremos en otro post, ya que llevo tiempo queriendo escribir sobre ello.
Fue un trabajo titánico de logística, producción y promoción (sé de lo qué hablo…) y el resultado valió la pena: La sala Barts hasta los topes y casi 2h de emociones a flor de piel. Buen trabajo chicos/as, toda la suerte del mundo!