Ya habéis podido ver mis stories sobre tecnología aplicada para cantantes. Pues bien, en estos posts mi idea es dejaros por escrito y ampliar un poco la info que os voy dando.
Algunos de mis alumn@s empiezan las clases de canto una vez han empezado a ensayar con una banda, otros al cabo de poco de empezar las clases de canto buscan un proyecto externo que les permita llevar a la práctica lo que aprenden en las clases y otros simplemente se graban en casa haciendo covers, karaoke… todos ellos en algún momento me hacen la pregunta clave: ¿qué micro me compro? la respuesta no es sencilla ya que en el mercado hay tantísimas opciones que te puedes volver loco.
Hay dos preguntas esenciales a responder:
- ¿Qué tipo de voz tienes?
- ¿Qué uso le vas a dar?
- ¿Qué presupuesto tienes?
Ante la primera pregunta, un buen profe de canto te dirá cual es tu registro y tú mismo ya verás si tienes una voz tirando a grave o aguda. También hay que tener en cuenta el resultado acústico que desees tener, es decir, según tus gustos, el género musical que quieras seguir, que frecuencias quieras potenciar… ¿prefieres un micrófono que potencie más los agudos o los graves? Puedes encontrar micros para todos los gustos.
Respuesta 2, casi la más importante: ¿lo vas a usar para grabarte en casa tú solo?¿vas a ensayar con una banda y te lo vas a llevar de concierto? Hay micros más delicados y sensibles que otros. Generalmente cuando grabamos sólo una voz en un estudio, homestudio, en casa… podremos permitirnos el lujo de usar un micrófono de los llamados, de condensador, que son más sensibles al sonido (una gran cantidad de volúmen los saturaría), recogen todos los matices de la voz (y cuando digo todos, son todos, incluso aquellos que nos gustaría que no aparecieran…incluso sonidos de la calle, como motos y coches, como me pasa a mi, ya que tengo el homestudio al lado de una calle transitada. Gajes del oficio…) y nos permitirá trabajar las dinámicas de volumen, pronunciación, aire, efectos de la voz, etc. La mala noticia de los micrófonos de condensador, a parte de su delicadeza (hay que tratarlos con mimo) es que necesitaremos una tarjeta de sonido o mesa de sonido donde conectarlos ya que requieren de un extra de carga eléctrica que sólo una tarjeta de sonido o mesa de sonido nos pueden ofrecer (aunque sea pequeña y sencilla).
Pero, si nuestra intención es “darle caña” y usar mucho volúmen, ensayar con banda, hacer directos…nos olvidaremos del micrófono de condensador ya que lo estropearíamos a la primera de cambio y optaremos por un micro de los llamados: dinámicos. Todo lo contrario de los micrófonos de condensador, los micrófonos dinámicos son fuertes y resistentes, no necesitan alimentación eléctrica extra (llamada alimentación Phantom, sí sí, como fantasma en inglés. Me encanta el nombre, es tan misterioso) y pueden resistir presiones de volumen muy superiores.
Presupuesto: Como ya he dicho hay centenares de micrófonos diferentes que se adaptan a tus necesidades, usos, tipos de voz y bolsillo. Para empezar tampoco hace falta que te dejes el sueldo de un mes ni un órgano vital para pagar un micro, el archifamoso Shure SM58, es una buena opción para empezar y te durará mucho tiempo. Su precio ronda los 100€. Piensa que tendrás que comprar un cable de audio especializado (Neutrik es una muy buena marca). Si tienes un buen presupuesto puedes optar por marcas como Neumann, Blue o Violet, que ya son el top.
En otro post y otro Stories os dejaré otras marcas y variantes al famoso Shure sM58 que os pueden servir de ayuda.
Sobretodo, antes de comprar un micrófono consulta con especialistas y no te precipites. Palabra de rockstar!
Hasta pronto 🙂