¿Por Qué les llamamos micros de condensador? sin entrar en mucho detalle de toda la maquinaria electrónica interna de un micrófono, diremos que los micrófonos de condensador, en su interior tienen una placa móvil que necesita de electricidad para funcionar, es decir, que condensa electricidad. Esta electricidad que necesita recibe el nombre de Phantom (alimentación phantom). Todas las tarjetas de sonido, previos de micrófono o mesas de mezcla tienen un botón “Phantom” que será el encargado de, al activarlo, transmitirle esta electricidad necesaria para funcionar. Concretamente se trata de 48V.
Haremos un rápido repaso a las características generales de la microfonía (que ya habíamos explicado en posts anteriores) poniendo especial atención a aquellas características que diferencian la microfono de condensador de la dinámica.
- Respuesta en frecuencia: es mayor a la de los micros dinámicos
- Sensibilidad: una de las características diferenciales del micro de condensador es que es claramente más sensible que el micro dinámico, atrapa muchos más sonidos que a la microfonía dinámica se les escapan gracias a su diafragma más grande.
- Presión sonora: no aguanta tanta presión sonora ni volumen como los dinámicos. Si usamos volúmenes muy fuertes con un micro de condensador dañaremos sus componentes irremediablemente.
- Ruido interno
- Cápsula y diafragma: son más grandes en los micrófonos de condensador
- Patrones polares: igual que en la microfonía dinámica, hay para todos los gustos.
Los micrófonos de condensador son tan sensibles y captan tanto sonido, que cuando estamos grabando no los podremos tocar porque cualquier manipulación (o golpecito) queda registrado en la grabación, es por ello que usaremos complementos como:
- Anti-pop: evitará que los sonidos de las consonantes “p”, “d” “s” , “t”…entre otras, suenen demasiado fuerte y afeen la canción.
- Araña o soporte: aguanta el micrófono en el pie de micro evitando que lo tengamos que aguantar con las manos.
- Recintos de grabación: evitarán que el sonido de expanda demasiado y acabe rebotando contra alguna pared y volviendo al micrófono (que como bien hemos dicho, lo capta TODO)